Controle las trazas de humedad, evite daños
El aire comprimido, el aire seco y los gases se utilizan en todos los sectores de la industria. La humedad es generalmente indeseable porque puede causar daños o degradar la calidad del producto final.
La norma internacional ISO 8573 define siete clases de calidad del aire comprimido y representa qué humedad, contenido de aceite, contenido de partículas, etc. puede tener el aire comprimido. En este sentido, la clase 1 solicita las exigencias más elevadas.
Por ejemplo, la clase 4 se cumple si el punto de rocío no sobrepasa 3 °Ctd o 37 °Ftd, o una humedad absoluta de 6 g de vapor de agua por m3 o 1083 ppmV (partes por million, referentes al volumen). La principal medida para cumplir con una clase de calidad es instalar un secador adecuado. Su supervisión y, en dado caso, su control se lleva a cabo mediante los transmisores de humedad residual (testo 6721, testo 6741-6744, testo 6681 + 6615).
Evidentemente, el objetivo principal de los transmisores de humedad residual de Testo es supervisar y prevenir el exceso de humedad en la red para evitar daños. Estos daños generan costes considerables, especialmente si la calidad del producto final se ve afectada. Además, cuando se utilizan secadores de adsorción, los costes de funcionamiento pueden reducirse notablemente con la ayuda de los transmisores de valores medidos de Testo.
Óptimos para la medición de las trazas de humedad
El sensor de humedad de Testo se calibra generalmente en varios puntos, por lo que las desviaciones son mínimas. Para la medición de la humedad residual, también se realiza un ajuste a -40 °Ctd (punto de rocío) y se registra con ayuda de una medición de referencia de alta precisión (espejo de punto de rocío). Esto permite al usuario obtener valores medidos fiables y precisos en el rango correspondiente (hasta -60 °Ctd / -76 °Ftd).
Si el cambio de cámara no se controla temporalmente, sino a través de la humedad con ayuda de los transmisores de humedad residual de Testo (véase el diagrama de la derecha), las fases de secado (azul) son normalmente mucho más largas que las de regeneración (rojo). Durante este tiempo, no es necesario generar aire de regeneración, por lo que los compresores pueden volver a pasar del 100 % a aprox. 85 % del caudal. La consecuencia es un ahorro significativo de los costes operativos.
Independientemente de si se trata de un secador por refrigeración o de membrana, los daños difícilmente pueden evitarse sin una supervisión continua del secador. Las evacuaciones de condensado bloqueadas y las líneas de bypass mal cerradas provocan un aumento medible de la humedad en la línea de aire comprimido.