Solo hay dos posibilidades para solventar el problema de una distancia muy larga hasta el objeto medido: acercarse o disponer de una buena tecnología de medición. Como la primera opción a menudo no es posible, siempre se acaba optando por la segunda. Además, el hecho de acercarse al objeto medido a veces representa un peligro añadido, ya que examinar líneas de alta tensión de cerca puede representar un riesgo demasiado alto.
En este tipo de aplicaciones, contar con una cámara termográfica con un detector de alta resolución y un teleobjetivo con las lentes de la máxima calidad es una gran ventaja. Solo así se obtienen unas termografías con la máxima definición y perfectas para analizar al detalle.
Cuando "acercarse" es prácticamente imposible.
Puede que sea porque los accidentes geográficos o el terreno no le permiten situarse cerca, o puede que sea también porque su seguridad personal así lo requiere: en cualquier caso, si no puede acercarse lo suficiente al objeto que tiene que medir, el equipamiento técnico tiene que poder suplir este inconveniente. Para termografiar objetos a gran distancia, sólo una cámara térmica de alta resolución con teleobjetivo cumple con el cometido. Esta es la única forma de detectar claramente diferencias de temperatura críticas y puntos calientes incluso a gran distancia, y evaluarlos sin errores.
Puede trabajar a distancia.
El requisito básico para detectar con gran fiabilidad anomalías térmicas mediante imágenes termográficas a gran distancia, como por ejemplo el examen de los cables y los aislantes en las crucetas de una torre de alta tensión, es un detector con una elevada resolución. En estos casos puede optar por las cámaras termográficas testo 883. Esta última dispone de un detector de 640 x 480 píxeles, lo que en combinación con la tecnología Testo SuperResolution le permiten obtener termografías de altísima resolución en calidad megapíxel. Con los teleobjetivos de ambas cámaras podrá ver hasta el último detalle aunque el objeto medido esté lejos.